Ya he vuelto de mi fantástico viaje con Kaluma; 3 noches en el Nilo (agotador, con demasiadas maravillas para tan poco tiempo); 4 noches en Lago Nasser (relajante, pudimos comtemplar un increíble cielo estrellado y ver la Vía Láctea, además de los templos nubios); y 3 noches en El Cairo (vuelta al ritmo trepidante).
La nota negativa la dió una turista que desde un principio estuvo dando la nota, llegando siempre tarde, diciendo que todo era una mierda y que cuando llegara a El Cairo cogería el primer avión hacia Barcelona. Cuando visitabamos templos siempre había que recordarle que no tocara los relieves. En la sala de fiestas del barco, cuando otro turista al ocupar un asiento le tapó la visibilidad, le indicó que su apartara con sus habituales buenos modales, lanzándole un sobre de azúcar contra la espalda. Después de 4 días, su compañera de viaje (una conocida que se dió cuenta en esos días de lo poco que la conocía), pidió el traslado de habitación, tanto en el barco como en el hotel, pagando los correspondientes gastos y suplementos por viaje individual ya que vió que la convivencia era imposible.
El pobre guía (Hamlet o Jhaled), estaba de los nervios por su comportamiento y hasta lo vimos fumando (no era fumador).
Esta turista, tan interesada en la cultura egipcia, pretendía que al llegar a El Cairo hicieramos excursiones para montar en burro o pescar. Después se apuntó a todas las excursiones por lo que acordamos que el día de las Pirámides, iríamos primero a Menfis y Sakkara.
Al acabar el segundo crucero, el día que teníamos que volar a El Cairo hizo que el guía le buscase un vuelo Cairo-Barcelona porque quería irse ya. Cuando el sufrido guía le dijo que se lo había conseguido, entoces dijo que ya no quería irse. Supongo que debería pagar el vuelo o algún suplemento y eso no estaba dispuesta a hacerlo. Ya había pedido dinero a la mitad del grupo, aunque era una persona de la zona alta de Barcelona que vivía de rentas.
El día de la excursión a las Pirámides (en que habíamos quedado en ir primero a Menfis y Sakkara), se presentó diciendo que no quería hacer la excursión de Menfis así que teníamos que ir antes a las Pirámides. Cuando el resto del grupo se negó a volver a cambiar el programa a su conveniencia, ella se quedó en el hotel. Ya no volvimos a verla. Al parecer, se fue a la embajada a denunciar a Galaxia por dejarla sola e indocumentada, cosa que no era cierta ya que el pasaporte lo teníamos todos desde el tercer día de viaje y la documentación de su viaje se la dió su ex-compañera de viaje (ante testigos) cuando consiguió el cambio de habitación. También denunció a esta última por haberse quedado con la citada documentación.
Un viaje maravilloso, pero que a los de Galaxia le está produciendo bastantes quebraderos de cabeza.
El guía, fantástico.
La nota negativa la dió una turista que desde un principio estuvo dando la nota, llegando siempre tarde, diciendo que todo era una mierda y que cuando llegara a El Cairo cogería el primer avión hacia Barcelona. Cuando visitabamos templos siempre había que recordarle que no tocara los relieves. En la sala de fiestas del barco, cuando otro turista al ocupar un asiento le tapó la visibilidad, le indicó que su apartara con sus habituales buenos modales, lanzándole un sobre de azúcar contra la espalda. Después de 4 días, su compañera de viaje (una conocida que se dió cuenta en esos días de lo poco que la conocía), pidió el traslado de habitación, tanto en el barco como en el hotel, pagando los correspondientes gastos y suplementos por viaje individual ya que vió que la convivencia era imposible.
El pobre guía (Hamlet o Jhaled), estaba de los nervios por su comportamiento y hasta lo vimos fumando (no era fumador).
Esta turista, tan interesada en la cultura egipcia, pretendía que al llegar a El Cairo hicieramos excursiones para montar en burro o pescar. Después se apuntó a todas las excursiones por lo que acordamos que el día de las Pirámides, iríamos primero a Menfis y Sakkara.
Al acabar el segundo crucero, el día que teníamos que volar a El Cairo hizo que el guía le buscase un vuelo Cairo-Barcelona porque quería irse ya. Cuando el sufrido guía le dijo que se lo había conseguido, entoces dijo que ya no quería irse. Supongo que debería pagar el vuelo o algún suplemento y eso no estaba dispuesta a hacerlo. Ya había pedido dinero a la mitad del grupo, aunque era una persona de la zona alta de Barcelona que vivía de rentas.
El día de la excursión a las Pirámides (en que habíamos quedado en ir primero a Menfis y Sakkara), se presentó diciendo que no quería hacer la excursión de Menfis así que teníamos que ir antes a las Pirámides. Cuando el resto del grupo se negó a volver a cambiar el programa a su conveniencia, ella se quedó en el hotel. Ya no volvimos a verla. Al parecer, se fue a la embajada a denunciar a Galaxia por dejarla sola e indocumentada, cosa que no era cierta ya que el pasaporte lo teníamos todos desde el tercer día de viaje y la documentación de su viaje se la dió su ex-compañera de viaje (ante testigos) cuando consiguió el cambio de habitación. También denunció a esta última por haberse quedado con la citada documentación.
Un viaje maravilloso, pero que a los de Galaxia le está produciendo bastantes quebraderos de cabeza.
El guía, fantástico.
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