¡Hola a todos!
¿Se me permite una reflexión personal?
Si viajas solo/a a egipto, esté desvelará tus secretos más intimos pero da igual, descubre por ti mismo/a el alma de lo que estás viendo. Si, lo sé, acabas de aterrizar en el aeropuerto de El Cairo y todo es distinto de lo que creias. El conocimiento que creias tener se ha volatilizado, sencillamente no existe y por lo tanto te das cuenta de que otro mundo aflora para dejar paso a otras sensaciones que se mueven por otros vientos hasta ahora nunca sentidos. Un mundo donde lo primordial se perpetúa, la temperatura, los ruidos y los sonidos, la luz y la penumbra, los colores y las sombras, los aromas y las fragancias…todo se pertetúa.
Mil ojos te miran, ojos negros que brillan con la misma intensidad que Sirio en la noche más oscura y todos ellos son multitud. Y entre la multitud debes moverte, multitud abigarrada de la que hay en todas partes pero en este caso una multitud atenta al extranjero, al intercambio que se establecerá con toda seguridad. En Egipto cambia lo que cambia pero a su alrededor todo permanece como hace 5000 años.
Estás movido/a por una curiosidad que se despereza y que despierta y te azuza, en cuanto compruebas que tras esa realidad inmediata hay otra, y debajo otra, y otra hasta el infinito, hasta que formas entre todas ellas una visión más real. Egipto es profundo e insaciable, lanzará sobre ti el hechizo de la “piedra” y ésta se apoderará de ti, no lo dudes. Entonces, ya no serás lo que eras. De igual manera el dios NILO, te atrapará con su fuerza y te arrastrará hacia su espina dorsal: La vida.
Todo esto será evidente y a menos que viajemos en un viaje organizado donde nuestra capacidad de decisión esté anulada, nuestras reacciones previstas y nuestra curiosidad controlada y satisfecha, habremos de enfrentarnos con la novedad que supone una civilización y un paisaje distintos, más aún, un mundo de sensaciones con el que no habíamos contado.
¡Saludos Cordiales!
¿Se me permite una reflexión personal?
Si viajas solo/a a egipto, esté desvelará tus secretos más intimos pero da igual, descubre por ti mismo/a el alma de lo que estás viendo. Si, lo sé, acabas de aterrizar en el aeropuerto de El Cairo y todo es distinto de lo que creias. El conocimiento que creias tener se ha volatilizado, sencillamente no existe y por lo tanto te das cuenta de que otro mundo aflora para dejar paso a otras sensaciones que se mueven por otros vientos hasta ahora nunca sentidos. Un mundo donde lo primordial se perpetúa, la temperatura, los ruidos y los sonidos, la luz y la penumbra, los colores y las sombras, los aromas y las fragancias…todo se pertetúa.
Mil ojos te miran, ojos negros que brillan con la misma intensidad que Sirio en la noche más oscura y todos ellos son multitud. Y entre la multitud debes moverte, multitud abigarrada de la que hay en todas partes pero en este caso una multitud atenta al extranjero, al intercambio que se establecerá con toda seguridad. En Egipto cambia lo que cambia pero a su alrededor todo permanece como hace 5000 años.
Estás movido/a por una curiosidad que se despereza y que despierta y te azuza, en cuanto compruebas que tras esa realidad inmediata hay otra, y debajo otra, y otra hasta el infinito, hasta que formas entre todas ellas una visión más real. Egipto es profundo e insaciable, lanzará sobre ti el hechizo de la “piedra” y ésta se apoderará de ti, no lo dudes. Entonces, ya no serás lo que eras. De igual manera el dios NILO, te atrapará con su fuerza y te arrastrará hacia su espina dorsal: La vida.
Todo esto será evidente y a menos que viajemos en un viaje organizado donde nuestra capacidad de decisión esté anulada, nuestras reacciones previstas y nuestra curiosidad controlada y satisfecha, habremos de enfrentarnos con la novedad que supone una civilización y un paisaje distintos, más aún, un mundo de sensaciones con el que no habíamos contado.
¡Saludos Cordiales!
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