Realmente no sé si antes se ha planteado algo igual o similar en el foro, si es así perdonadme, pero me parece muy bonito.
Todos tenemos momentos especiales que guardamos en nuestro corazón, momentos que nos evocan sensaciones diferentes, situaciones que nos transportan mentalmente de nuevo a Egipto, cosas que nos pasaron exlusivamente a nosotros y que nos transmiten una nostalgia irresistible, en definitiva, momentos y recuerdos muy muy personales.
Creo que estaría bien compartirlos aquí porque nos permitiría disfrutar de ellos de nuevo al escribirlos, y nos daría pie también a subir fotos que, quizá, no sabíamos donde o, por qué, poner. A ver qué os parece la idea.
Empiezo yo con un momento que no olvidaré nunca: mi llegada a Philae. Tuvimos la inmensa fortuna de ser los primeros en acercarnos con la barquita y llegar al templo. Nada más salir del embarcadero yo metí la mano en el agua y empecé a mojar al resto del grupo. Les dije que les estaba bautizando con agua del Nilo. Pero el silencio y la tranquilidad que reinaban fueron algo mágico. Nos callamos y, a medida que nos acercábamos al templo, yo me iba quedando extasiado. Fue algo increible. Y esa magia hizo posible una de mis fotos favoritas. Philae, te quiero.
Todos tenemos momentos especiales que guardamos en nuestro corazón, momentos que nos evocan sensaciones diferentes, situaciones que nos transportan mentalmente de nuevo a Egipto, cosas que nos pasaron exlusivamente a nosotros y que nos transmiten una nostalgia irresistible, en definitiva, momentos y recuerdos muy muy personales.
Creo que estaría bien compartirlos aquí porque nos permitiría disfrutar de ellos de nuevo al escribirlos, y nos daría pie también a subir fotos que, quizá, no sabíamos donde o, por qué, poner. A ver qué os parece la idea.
Empiezo yo con un momento que no olvidaré nunca: mi llegada a Philae. Tuvimos la inmensa fortuna de ser los primeros en acercarnos con la barquita y llegar al templo. Nada más salir del embarcadero yo metí la mano en el agua y empecé a mojar al resto del grupo. Les dije que les estaba bautizando con agua del Nilo. Pero el silencio y la tranquilidad que reinaban fueron algo mágico. Nos callamos y, a medida que nos acercábamos al templo, yo me iba quedando extasiado. Fue algo increible. Y esa magia hizo posible una de mis fotos favoritas. Philae, te quiero.
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