Estimado Userkaf:
Es correcta tu afirmación: lo de la ceguera se puede aplicar en ambas direcciones.
Ni tú ni yo estamos obligados a “creerle” a nadie. La ciencia se prueba con datos. Y los datos que yo puse, ratifican o cotejan de manera científica lo que dijo Platón, guste o no. Y los datos también dicen que hay que dejar de creer incluso en Childe, que sin duda es más relevante que Lehner, Hawas, Reeves o Stadelman en la historia de la arqueología, simplemente porque nuevos datos dicen que sus interpretaciones de datos anteriores están equivocadas, asi como en el pasado se desecharon muchas otras verdades incompletas.
Esta mirada de las cosas es coherente con lo que ha ido pasando en la investigación histórica desde hace más de 150 años. Hace algo más de 150 años nadie aceptaba la existencia de Troya, ni se conocía la civilización cretense, ni a los hititas ni la existencia de antiguas ciudades como Ur o las civilizaciones de Mesopotamia.
Mucho menos se podía hablar del Diluvio o de la Atlántida.
Hoy las cosas han cambiado.
Ya es medianamente aceptado que el diluvio pudo ser un evento catastrófico relacionado con el cambio climático de finales de la última glaciación, evento que hasta hace muy pocos años no se había estudiado en profundidad ni se conocían sus fuertes repercusiones.
Desde hace varios años, entre los científicos, hay debate sobre el verdadero origen de la civilización, porque las verdades establecidas hace casi 80 años ya son insuficientes.
Hace ya 9 años que la revista Science (que espero nadie objete como fuente) de Noviembre de 1998; Nº 282: páginas 1442-1445, en un artículo llamado “THE FIRST CITIES: Why Settle Down? The Mystery of Communities”, de Michael Balter, se hacían estas preguntas:
Ese es el dilema de fondo. Si queremos avanzar en el conocimiento del pasado, debemos aceptar poner en discusión el tema y hacernos la siguiente pregunta: ¿fue la Atlántida efectivamente una cultura que llevó al ser humano a la civilización?Cita:
¿Por qué miles de personas renuncian a la vida itinerante de la caza y la recolección y ellos mismos se hacinan en casas de manera absolutamente empaquetados que tenia que entrar a través de los agujeros en los techos? En efecto, ¿por qué la gente se tomó esta incomodidad de vivir todos juntos, construyendo ciudades y pueblos, viviendo como mucha gente del mundo viven hoy?
A principios de este siglo, los arqueólogos pensaron que habían logrado la respuesta: El aumento de la agricultura requiere que los agricultores permanezcan cerca de sus cultivos y animales... Pero estas nuevas excavaciones hace mas compleja de la hipótesis de larga data que los primeros asentamientos y la transición de la caza y la recolección a la agricultura y la domesticación de animales eran parte de un proceso único -que el difunto arqueólogo australiano V. Gordon Childe denominó la "revolución neolítica "(Véase la página 1446). Çatalhöyük y otros sitios en todo el Cercano Oriente está dejando en claro que estas explicaciones son demasiado simples y que otros factores -- incluyendo, de ser posible, una revolución cultural compartida que precedió a la expansión de la agricultura -- también podrían haber desempeñado un papel clave.
El arqueólogo británico James Mellaart descubrió Çatal Höyük, cerca de la moderna ciudad de Konya, en 1958. En el decenio de 1960 sus excavaciones de este el asentamiento arqueológico Neolítico o de una Nueva Edad de Piedra, tenia a la comunidad en ascuas. La edad del sitio, 4500 años más que las pirámides de Egipto, fue asombrosa. En el momento, sólo las huellas de algunos pequeños pueblos podían reivindicar la antigüedad como la más antigua del mundo asentamientos permanentes. Sin embargo, esto no era un pequeño caserío: Çatal Höyük abarcaba más de 12 hectáreas y puede haber albergado hasta 10.000 personas. Durante 1000 años, el sitio fue ocupado, sus habitantes reconstruido sus casas uno encima del otro hasta que se creó un montículo de 20 metros de alto... Algunos, incluidos Mellaart, la proclamaba como la ciudad conocida más antigua del mundo.
Los detalles encontrados capturaban la imaginación. Mellaart descubrió vivos murales pintados en las paredes de yeso de las casas, a veces en bajo relieve: buitres atacan los hombres sin cabeza, una erupción del volcán, una banda de cazadores que tiraban la lengua y las colas de ciervos salvajes. Un experto en huesos animales declaró que Çatal Höyük era un centro de domesticación de ganado más antiguo conocido en el Cercano Oriente.
Desde que Mellaart terminó su trabajo en Çatalhöyük hace más de 30 años, muchos otros asentamientos del neolítico han sido excavados en el Cercano Oriente. Sin embargo, sólo unos pocos de estos sitios -- como 'Ain Ghazal en Jordania, que abarca el mismo periodo, aunque probablemente tenía una población menor (Science, 1º de abril de 1988, p. 35), puede igualar a Çatalhöyük en tamaño e importancia. Y lo largo de los años, los misterios de Çatalhöyük -sobre todo, la cuestión de por qué tantas personas vivían juntas en esa llanura aisladas- han seguido molestando o abriendo un dialogo en la mente de los arqueólogos.
Si es así, hay que definir pronto donde estuvo su centro.
Ese ha sido mi trabajo: tratar de sacar a la Atlántida de la mitología donde la ha puesto nuestra ignorancia y ponerla donde corresponde, la historia.