Hola a todos. Aunque no prometo terminarlo, soy un poco perro y hay cosas que no he apuntado, voy a intentar hacer el diario de viaje. Lo primero tengo que pediros perdón, ya que no suelo escribir y lo más seguro es que esto sea un aburrimiento, pero como lo prometido es deuda...
20 de noviembre.
Al fin llega el día, tenemos todo preparado y salimos hacia el aeropuerto. Por suerte vivimos cerca y en media horita hemos llegado. Una vez, viajando a Lanzarote, nos quedamos en tierra por overbooking, así que desde entonces estamos en el aeropuerto, al menos 4 horas antes. Después de la espera, salimos puntuales hacia El Cairo. Al aterrizar tenemos allí a los chicos de Plata Tours, uno de ellos nos reconoce y nos pregunta de qué, nosotros aprovechamos para contarle nuestras peripecias del año pasado (cambios de hotel, excursiones que nos vendieron y no hicimos etc). En el minibús nos espera Mohamed, el chico que nos va a llevar hasta el Ramses Hilton. Llegamos al hotel y nos sentamos a la espera de habitación. Mi novia que es mucho más observadora que yo se da cuenta de que algo no va bien... carreras de gente, un tío en bermudas, los ascensores cerrados... Le preguntamos a Mohamed y el de la recepción dice que es un simulacro de incendios. Se lo comento a mi novia y me dice "Aquí pasa algo más", la prueba definitiva fue ver a dos personas con el albornoz puesto. Para no aburriros resultó que en la planta 14 se había provocado un pequeño incendio o algo similar (al final los gafes vamos a ser nosotros)... conclusión, nos vamos con Mohamed a tomar un té y esperar que pase lo peor. La charla es agradable, nos cuenta que tiene novia en España y charlando charlando se nos pasa una hora. Yo pienso que me parece increíble volver a estar en Egipto un año después, rodeado de gente fumando Shisas y volviendo a hablar de las visitas que tenemos por delante. Volvemos al hotel y todo está solucionado, nos dan la habitación en la planta 11 y antes de despedirnos le decimos a Mohamed que nos recomiende algún sitio para cenar, pues eran las 11.30 y ni torre del Cairo ni Pizzería del centro comercial ni nada. Nos recomienda un restaurante que se llama Paprika cerca del hotel.
Subimos a la habitación y oh sorpresa, este año si tenemos vistas al Nilo, espectaculares, vemos los barcos navegando, la vida de la noche en El Cairo, la Torre del Cairo. En ese momento sentimos una gran ilusión, "...esto si que es venir a El Cairo, no como el año pasado.." y a la vez sentimos tristeza y nostalgia, mi hermano nos acompaño el año anterior y por el cambio de hotel no estaba pudiendo vivir este momento. Durante el viaje nos acoramos mucho de él, pero creo que este fue el momento en el que le tuvimos más presente.
Después de dejar las cosas y oliendo a goma quemada en el pasillo nos encaminamos a los ascensores para ir al Paprika. Otra sorpresa, en el ascensor que tomamos están recogiendo resto de cenizas.....joder con el simulacro.
El restaurante está muy cerca, para los que queráis ir, se sale por la puerta de atrás del Ramses, no por la que te dejan, giras a la derecha por la corniche y a menos de 5 minutos tienes el restaurante.
Entramos y está vacío, imaginamos que es por la hora o lo que puede ser peor, por el precio. Decidimos sentarnos y preguntar, como dicen los guías, "si no quieres no compras, no pasa nada". Nos ofrecen un menú típico con ensaladas, primero, segundo y postre por 85 LE cada uno. No nos parece demasiado caro y aunque seguro que regateando habríamos podido sacarlo por menos, el sitio nos gusta y nos quedamos. La comida estaba muy rica. Al pedir la cuenta nos damos cuenta de que no hemos cerrado el precio del agua y pensamos que nos van a pegar la clavada por la botellita, pues no, sorpresa, nos la incluyen en el precio. Quedamos encantados con el sitio, dejamos algo de propina (esta es una norma que hemos seguido, en los sitios que no nos han intentado engañar hemos dejado propina) y nos vamos a la habitación. Antes de dormir hacemos una fotititos y disfrutamos de las vistas.
Mañana nos esperan las Pirámides.
Perdón por el ladrillo, pero cuando me pongo no sé resumir ni hacerlo ameno.
20 de noviembre.
Al fin llega el día, tenemos todo preparado y salimos hacia el aeropuerto. Por suerte vivimos cerca y en media horita hemos llegado. Una vez, viajando a Lanzarote, nos quedamos en tierra por overbooking, así que desde entonces estamos en el aeropuerto, al menos 4 horas antes. Después de la espera, salimos puntuales hacia El Cairo. Al aterrizar tenemos allí a los chicos de Plata Tours, uno de ellos nos reconoce y nos pregunta de qué, nosotros aprovechamos para contarle nuestras peripecias del año pasado (cambios de hotel, excursiones que nos vendieron y no hicimos etc). En el minibús nos espera Mohamed, el chico que nos va a llevar hasta el Ramses Hilton. Llegamos al hotel y nos sentamos a la espera de habitación. Mi novia que es mucho más observadora que yo se da cuenta de que algo no va bien... carreras de gente, un tío en bermudas, los ascensores cerrados... Le preguntamos a Mohamed y el de la recepción dice que es un simulacro de incendios. Se lo comento a mi novia y me dice "Aquí pasa algo más", la prueba definitiva fue ver a dos personas con el albornoz puesto. Para no aburriros resultó que en la planta 14 se había provocado un pequeño incendio o algo similar (al final los gafes vamos a ser nosotros)... conclusión, nos vamos con Mohamed a tomar un té y esperar que pase lo peor. La charla es agradable, nos cuenta que tiene novia en España y charlando charlando se nos pasa una hora. Yo pienso que me parece increíble volver a estar en Egipto un año después, rodeado de gente fumando Shisas y volviendo a hablar de las visitas que tenemos por delante. Volvemos al hotel y todo está solucionado, nos dan la habitación en la planta 11 y antes de despedirnos le decimos a Mohamed que nos recomiende algún sitio para cenar, pues eran las 11.30 y ni torre del Cairo ni Pizzería del centro comercial ni nada. Nos recomienda un restaurante que se llama Paprika cerca del hotel.
Subimos a la habitación y oh sorpresa, este año si tenemos vistas al Nilo, espectaculares, vemos los barcos navegando, la vida de la noche en El Cairo, la Torre del Cairo. En ese momento sentimos una gran ilusión, "...esto si que es venir a El Cairo, no como el año pasado.." y a la vez sentimos tristeza y nostalgia, mi hermano nos acompaño el año anterior y por el cambio de hotel no estaba pudiendo vivir este momento. Durante el viaje nos acoramos mucho de él, pero creo que este fue el momento en el que le tuvimos más presente.
Después de dejar las cosas y oliendo a goma quemada en el pasillo nos encaminamos a los ascensores para ir al Paprika. Otra sorpresa, en el ascensor que tomamos están recogiendo resto de cenizas.....joder con el simulacro.
El restaurante está muy cerca, para los que queráis ir, se sale por la puerta de atrás del Ramses, no por la que te dejan, giras a la derecha por la corniche y a menos de 5 minutos tienes el restaurante.
Entramos y está vacío, imaginamos que es por la hora o lo que puede ser peor, por el precio. Decidimos sentarnos y preguntar, como dicen los guías, "si no quieres no compras, no pasa nada". Nos ofrecen un menú típico con ensaladas, primero, segundo y postre por 85 LE cada uno. No nos parece demasiado caro y aunque seguro que regateando habríamos podido sacarlo por menos, el sitio nos gusta y nos quedamos. La comida estaba muy rica. Al pedir la cuenta nos damos cuenta de que no hemos cerrado el precio del agua y pensamos que nos van a pegar la clavada por la botellita, pues no, sorpresa, nos la incluyen en el precio. Quedamos encantados con el sitio, dejamos algo de propina (esta es una norma que hemos seguido, en los sitios que no nos han intentado engañar hemos dejado propina) y nos vamos a la habitación. Antes de dormir hacemos una fotititos y disfrutamos de las vistas.
Mañana nos esperan las Pirámides.
Perdón por el ladrillo, pero cuando me pongo no sé resumir ni hacerlo ameno.
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