El Evangelio según Judas
Judas no fue el traidor que vendió a Jesús por unas monedas, sino el discípulo privilegiado al que encarga la misión más difícil, sacrificarlo, según un documento llamado el Evangelio de Judas que dio a conocer ayer la organización National Geographic. Se trata de un papiro de 26 páginas encontrado en Egipto en 1978 y que ha rodado desde entonces por los círculos de anticuarios, pero cuyo contenido y edad se desconocían.
Según esta organización, los análisis de carbono 14, la tinta, el estilo de escritura y el contenido han hecho llegar a la conclusión de que se trata de un texto escrito alrededor del año 300. Terry Garcia, vicepresidente de National Geographic, calificó el documento como uno de los tres textos antiguos más importantes descubiertos en el último siglo, junto con los manuscritos del Mar Muerto y los de Nag Hammadi (Egipto).
Se conocía de la existencia del Evangelio de Judas por una referencia hecha por el obispo Irineo de Lyon en el año 180 en su tratado Contra la herejía , pero hasta ahora nadie sabía lo que decía. El libro comienza así: "El relato secreto de la revelación que Jesús hizo en conversaciones con Judas Iscariote una semana antes de que celebrasen la Pascua".
tradición gnóstica En este Evangelio se pinta a Judas como "el único discípulo que conoce la identidad verdadera de Jesús", según George Wurst, profesor de la Universidad de Augsburg, en Alemania. No lo traicionó, "sino sólo hizo lo que Jesús le pidió", afirmó Craig Evans, profesor de Nuevo Testamento de Acadia Divinity College, en Canadá. Así, Jesús dice a Judas en el libro: "Tú superarás a todos ellos. Tú sacrificarás al hombre que me recubre".
El texto se encuadra en la tradición de los cristianos gnósticos, que enfatizaban la importancia del conocimiento: gnosis, en griego. Por ello, Judas, al entregar a Jesús a la muerte, facilita su salida del cuerpo y la liberación de la divinidad que llevaba dentro, según explicó Wurst.
No es la primera vez que se ha lanzado la hipótesis de que Judas actuó por indicación de su maestro al venderlo con un beso, como refleja la película La última tentación de Cristo. Sin embargo, se trata del primer documento antiguo que defiende esta visión. ¿Es plausible lo que dice? Evans recuerda que en dos ocasiones Jesús pidió cosas en privado a dos de sus discípulos, según el Nuevo Testamento, y se pregunta si su entrega a las autoridades judías por parte de Judas no sería una tercera. "Es posible que el Evangelio de Judas fuera preservado en la memoria y que los otros discípulos no lo supieran", dijo.
Elaine Pagels, profesora de la Universidad de Princeton (EEUU), destaca que los cuatro Evangelios aceptados por el canon cristiano relatan los actos públicos de Jesús, pero no conversaciones privadas.
El padre Donald Senior, presidente de la Unión Católica de Teología de EEUU, dijo que este texto no se ancla en ninguna tradición histórica. A su juicio, usa los personajes de los libros canónicos, pero "es una expresión de una teología específica", la gnóstica, en su concepción del cuerpo humano y la creación, que son muy diferentes a la de los Evangelios aceptados por la Iglesia Católica.
En enero se informó de que un destacado experto vaticano, monseñor Walter Brandmuller, director del Comité Pontificio de Ciencias Históricas, estaba tras una campaña para rehabilitar a Judas. No deja de resultar curioso, sin embargo, que desde entonces haya denunciado este Evangelio como "un producto de la fantasía religiosa" que él insiste que no va a tener ningún eco entre los fieles. "No hay ninguna campaña ni ningún movimiento en favor de la rehabilitación del traidor a Jesús", ha puntualizado Brandmuller.
El estudioso de la Biblia James Robinson, acusó al National Geographic de publicar precipitadamente un texto fragmentario y de darle un sesgo "sensacionalista". Robinson ha manifestado que adquirieron los derechos del manuscrito "después de que los propietarios suizos se dieran cuenta al fin de que no podían venderlo porque se había sacado ilegalmente de Egipto".
Quién lo escribió es otro misterio. En ningún lugar se dice que fuera Judas, pero eso no debería hacer dudar de su veracidad, pues la autoría de los Evangelios del Nuevo Testamento tampoco está asegurada. "La mayoría de los textos son escritos en nombre de alguien más famoso", como lo es un discípulo de Jesús, según Marvin Meyer, profesor de la Universidad Chapman, en California. Pocos hay tan famosos como Judas.
Fuente: National Geographic, abril 2006