Para quienes tanto echan de menos a Menkheperra:
http://www.institutoestudiosantiguoe...in_karnak1.htm
http://www.institutoestudiosantiguoe...in_karnak2.htm
http://www.munimadrid.es/Principal/A...mon/karnak.pdf
Eso sí, no hay color
En palabras de Ch. Desroches Noblecourt: “… este mundo de santuarios abandonados recorridos por todas partes (siguiendo la fórmula de los antiguos egipcios. Para hacer referencia a sus lugares santos profanos durante las épocas de desorden y turbulencia), este imperio sagrado donde los más famosos maestros del Mediterráneo Oriental y miríadas de sacerdotes trabajaron y rezaron; este recinto, que tantas veces recibió el trabajo de los egipcios encargados de edificar, desmontar y renovar las fundaciones anteriores, este vasto lugar santo, donde luchas dinásticas, conflictos sacerdotales, dominaciones, depredaciones y temblores de tierra, precedieron y provocaron su invasión por los escombros y la maleza; estas ruinas grandiosas en parte devastadas, pero no privadas de su alma… constituyen un mundo donde el menos preparado para recibir el mensaje de los templos abandonados desde hace tantos siglos, recibe la descarga de un testimonio imperecedero y percibe confusamente una presencia metafísica ante las siluetas divinas y reales, que parecen surgir de las paredes esculpidas, o delante de los colosos y las estatuas milenarias…”.
Champolion, por su parte, en la séptima de sus Lettres d´Egypte et de Nubie (del 24 de Noviembre de 1828), formuló la impresión que produce dicho conjunto, y que ha quedado como clásica por insuperable: “… allí se me apareció toda la magnificencia faraónica, todo lo que los hombres han concebido como lo más grandioso….; todo aquello que había admirado con entusiasmo sobre la orilla izquierda, me pareció miserable en comparación con las concepciones gigantescas de las que estaba rodeado…; ningún pueblo antiguo, ni moderno, ha concebido el arte de la arquitectura, a una escala tan grandiosa como lo hicieron los antiguos egipcios. Ellos pensaban como si fuesen hombres de cien pies de alto, y la imaginación que, en Europa se maravilla a la vista de la altura de nuestros pórticos, se detiene y cae impotente al pie de las ciento cuarenta columnas de la Sala hipóstila de Karnak…”
http://www.institutoestudiosantiguoe...in_karnak1.htm
http://www.institutoestudiosantiguoe...in_karnak2.htm
http://www.munimadrid.es/Principal/A...mon/karnak.pdf
Eso sí, no hay color
En palabras de Ch. Desroches Noblecourt: “… este mundo de santuarios abandonados recorridos por todas partes (siguiendo la fórmula de los antiguos egipcios. Para hacer referencia a sus lugares santos profanos durante las épocas de desorden y turbulencia), este imperio sagrado donde los más famosos maestros del Mediterráneo Oriental y miríadas de sacerdotes trabajaron y rezaron; este recinto, que tantas veces recibió el trabajo de los egipcios encargados de edificar, desmontar y renovar las fundaciones anteriores, este vasto lugar santo, donde luchas dinásticas, conflictos sacerdotales, dominaciones, depredaciones y temblores de tierra, precedieron y provocaron su invasión por los escombros y la maleza; estas ruinas grandiosas en parte devastadas, pero no privadas de su alma… constituyen un mundo donde el menos preparado para recibir el mensaje de los templos abandonados desde hace tantos siglos, recibe la descarga de un testimonio imperecedero y percibe confusamente una presencia metafísica ante las siluetas divinas y reales, que parecen surgir de las paredes esculpidas, o delante de los colosos y las estatuas milenarias…”.
Champolion, por su parte, en la séptima de sus Lettres d´Egypte et de Nubie (del 24 de Noviembre de 1828), formuló la impresión que produce dicho conjunto, y que ha quedado como clásica por insuperable: “… allí se me apareció toda la magnificencia faraónica, todo lo que los hombres han concebido como lo más grandioso….; todo aquello que había admirado con entusiasmo sobre la orilla izquierda, me pareció miserable en comparación con las concepciones gigantescas de las que estaba rodeado…; ningún pueblo antiguo, ni moderno, ha concebido el arte de la arquitectura, a una escala tan grandiosa como lo hicieron los antiguos egipcios. Ellos pensaban como si fuesen hombres de cien pies de alto, y la imaginación que, en Europa se maravilla a la vista de la altura de nuestros pórticos, se detiene y cae impotente al pie de las ciento cuarenta columnas de la Sala hipóstila de Karnak…”
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